Edward Snowden ha confirmado que el espacio privado dejó de serlo hace mucho tiempo. Las filtraciones de información no son un fenómeno de esta época, pero es ahora cuando sus consecuencias toman relevancia inusitada en la historia de la comunicación social
El gobierno norteamericano quedó expuesto el pasado junio cuando el Washington Post y The Guardian publicaron una investigación basada en los documentos presentados por Edward Snowden, donde explicaba cómo EEUU había establecido un programa de escuchas y grabaciones telefónicas, además de una vigilancia exhaustiva de correos electrónicos y análisis de perfiles y actividades sociales de usuarios de redes y servicios de internet.
Google, Yahoo!, Microsoft, Facebook y otros sitios manifestaron que se trató de una colaboración forzada a la que no pudieron oponerse. Gran parte de los documentos revelados estaban en formato Powerpoint y ahora se han revelado más slides mostrando cómo EEUU no sólo grababa, sino que realizaba un rastreo de información en tiempo real.
¿Qué es PRISM?
PRISM es un programa de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que funcionaba en absoluto secretismo, mediante un ingreso autorizado o no a los servidores de nueve de las compañías más importantes de la red. Entre ellas las nombradas: Microsoft, Yahoo!, Google, Faceboook, PalTalk (proveerdor de internet), YouTube, Skype, AOL y Apple, tal cual y en el orden en el que aparecen en el documento. Tanto Google como muchos otros cabezas del rubro informático han dicho que no tienen idea de PRISM y que si se están llevando a cabo esas acciones en sus servidores, es sin su conocimiento ni permiso.
Facebook se desmarca
Desde la dirección de la gran red social declararon: «Facebook no forma ni ha formado parte de ningún programa que permita a Estados Unidos o cualquier otro gobierno, acceso directo a los servidores. Nosotros nunca hemos recibido una petición o una orden judicial de ninguna agencia gubernamental solicitando información o metadatos a granel, como el que Verizon ha recibido»
Lo afirmado por las empresas participantes en este drama ha sido cuestionado por varios periódicos con investigaciones propias, apelando al archivo. Por ejemplo, el New York Times, indica que las compañías no sólo obedecieron a la NSA y a sus demandas, sino que también contribuyeron con ella generando un acceso directo a los servidores. Para probarlo, muestran algunas conversaciones entre los responsables de los nueve sitios citados y el gobierno de los EEUU, en el marco de la ley FISA de 2008, en la que se legitimaban los pedidos de información privada en un caso legal en curso.
Microsoft fue la primera en colaborar y Twitter de las pocas que jamás lo aceptó. Todos aseguran que no tienen ‘puerta trasera’ para el gobierno
Obama justifica PRISM
Como no podría ser de otra manera cuando algo se hace tan evidente, la negación no fue la estrategia escogida en Washington; hace unos días Obama decía, validando automáticamente todos los rumores que había sobre la veracidad de PRISM: «creo que es importante reconocer que no se puede tener el 100% de seguridad con un 100% de privacidad, y ninguna incomodidad. Tenemos que tomar ciertas decisiones como sociedad». De todas maneras mencionó que nadie está escuchando las conversaciones telefónicas de las personas, pues «ese no es el objetivo de este programa». Otro comentario de Obama fue para indicar que las personas investigadas son mayoritariamente extranjeras, dando a entender que el principal motivo es «la lucha contra el terrorismo».
La existencia de PRISM y programas similares trabajando de forma secreta y paralelamente, plantean problemas éticos y legales sobre el potencial acceso directo a la intimidad de millones de usuarios de Internet. Y no son sólo son usuarios, también son consumidores que pagan por un servicio y que firman acuerdos de seguridad que, de ahora en adelante, tendrán que leer detenidamente en busca de los grises y de los vacíos legales.
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